Tras la lectura de este artículo he de decir que estoy de acuerdo en todos los aspectos que en este se desarrollan.
Quizá, podría creerse que un espacio virtual en el que se comparten conocimientos y en el que existe una retroalimentación constante gracias a su herramienta para editar y contribuir en ella, podría presentar la desventaja de dar fiabilidad a esos datos recogidos o no. Sin embargo, esto podría solventarse haciendo otras búsquedas en la web para tratar de corroborar la información que, en cierto modo, parece dudosa. Esto, además, sería quedarse en la superficie y en la zona de confort respecto de la crítica que se le pretende hacer, pues, creo que su uso presenta más ventajas que desventajas.
Como nos dice Ana Gimeno y Jesús García, se produce una negociación constante entre el alumno que actúa como receptor y transmisor de los conocimientos, mediado ambos por un procesamiento cognitivo, el profesor que procesa el contenido, diseña el procedimiento y plantea las tareas meticulosamente, el entorno y el receptor. Es decir, se produce una cooperación activa y sobre todo, se focaliza la actividad completamente sobre el alumno.
Este hecho es, sin duda, el que resalto de todos los argumentos expuestos. El profesor queda en un segundo plano (aunque nunca se pueda prescindir de él) y el alumno desempeña un papel más motivador, ya que decide sobre qué conocimientos quiere aportar y qué prefiere editar. De este modo, hay un trabajo constante que produce dos consecuencias: favorece el trabajo en grupo y modifica con ello la idea tradicional que se tenía sobre este.
El alumno está dotado de una libertad y autonomía mayor, siempre, recordemos, supeditada bajo la revisión de la persona que media para que todo fluctúe de forma positiva y puedan progresar solventando sus dudas, el profesor.
Es por ello por lo que creo que es una buena herramienta de trabajo en una clase de ELE. Las dos metodologías expuestas - aprendizaje basado en la resolución de problemas y el desarrollo de un proyecto preestablecido - me parecen óptimas para el aprendizaje de otras lenguas; pues, por un lado activan la motivación y la capacidad de superación y, por otro, consiguen una retroalimentación inmediata tanto de contenido como de estructuras y formas lingüísticas.
Si de elegir alguna de las dos se tratara, en primer lugar tendría que seleccionar una según el grupo que tuviera, ya que puede funcionar mejor una metodología que otra y, además, tendría en cuenta su opinión pues, en definitiva, son ellos los que van a desarrollar la tarea y quienes se tienen que sentir cómodos. De ese modo eliminaría presión y generaría mayor cercanía entre el alumno y el profesor. Esta herramienta en clase ayudaría a que los alumnos no dejaran de sentirse fuera de su realidad y a que conocieran otras posibilidades de la web como es el aprendizaje on-line y la interacción con otros estudiantes.
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